¿Por qué es importante el autocuidado?
El autocuidado es un tema que me apasiona y que, cuando se utiliza de manera adecuada, puede ser un gran apoyo para nuestra salud mental. En un mundo cada vez más ocupado y estresante, es fácil perder de vista la importancia de cuidar nuestra salud mental y emocional. Sin embargo, el autocuidado es un pilar fundamental que nos permite establecer unos cimientos sanos para gestionar nuestras emociones.
Por eso, en este post vamos a conocer qué es el autocuidado, por qué es importante y cómo podemos incorporar prácticas de autocuidado en nuestra vida diaria para promover nuestro bienestar emocional y mental.
Entendemos por autocuidado aquellos actos cuyo fin es regular el funcionamiento de nuestro ser desde un enfoque integral. Estos actos, son elegidos de manera libre y consciente para preservar este fin.
Existen diferentes tipos de autocuidado, desde el físico, que implica nutrir el cuerpo con una alimentación adecuada, ejercicio regular y un sueño reparador, hasta el social, que destaca la importancia de mantener conexiones cercanas con amigos y familiares para cultivar relaciones significativas.
El autocuidado mental se centra en mantener la mente activa y equilibrada, incluyendo actividades que nutran el intelecto y promuevan la autocompasión. Por otro lado, el autocuidado espiritual y emocional buscan fortalecer nuestro sentido de conexión con algo más grande que uno mismo y desarrollar habilidades de afrontamiento saludables para manejar las emociones de manera constructiva.
Uno de los más conocidos es el autocuidado físico y puedes caer en una “trampa” si solo practicas este. No te preocupes que voy a contarte más sobre esto a lo largo del post para que no te pase.
La importancia que se ha ido destacando a lo largo de los últimos años de esta práctica es debida a que cada vez es mucho más notable que no solo podemos cuidar de nuestro mundo emocional cuando nos ocurren circunstancias desagradables en nuestra vida, si no que es necesario cultivar hábitos que permitan acompañarnos de una manera más amable cada día (con o en ausencia de circunstancias dolorosas).
Beneficios del autocuidado
Uno de los mayores beneficios del autocuidado, en mi opinión, es el poder de conocernos a nosotros mismos. Si lo aplicamos como un colchón emocional y no con el fin de “eliminar” emociones, puede convertirse en un viaje fascinante.
Antes de explorar todos los beneficios que puede aportarnos iniciar esta práctica diaria, debemos deshacernos de posibles expectativas que podamos tener. En mi consulta, a menudo observo dos tipos de situaciones cuando comenzamos esta práctica:
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- Llevar a cabo estos actos con la firme intención de eliminar una emoción dolorosa que estemos experimentando. Este es un error común, ya que el autocuidado no es una herramienta para controlar nuestras emociones, sino más bien para construir un colchón que nos ayude a manejarlas de manera más equilibrada en el futuro.
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- Comenzar a practicar muchísimos actos de autocuidado en nuestro día a día.
Error, si comenzamos a cuidarnos desde la autoexigencia eso no es autocuidado. Lo único que vamos a conseguir es obligarte a realizar acciones con las cuales quizás no te sientes ni muy identificado y no puedes continuar este hábito durante más tiempo.
- Comenzar a practicar muchísimos actos de autocuidado en nuestro día a día.
La verdadera intención del autocuidado es construir un colchón emocional y que cada uno de nosotros tengamos un colchón único y construido a medida. Y esa es la parte divertida y de autoconocimiento, porque podremos comenzar a mirar nuestro estilo de vida, nuestros hábitos, nuestro hobbies, nuestros recursos económicos, nuestro tiempo disponible y entonces, a partir de ahí comenzaremos a decidir cómo y cuándo realizaremos estas acciones con la intención de reconciliarnos con nosotras mismas.
Por tanto, los beneficios del autocuidado son amplios y abarcan diferentes aspectos de nuestra vida. En primer lugar, nos permite ampliar nuestro autoconcepto, es decir, nos brinda la oportunidad de mirarnos a nosotros mismos de manera más profunda y definirnos en función de nuestras fortalezas, debilidades y valores. Además, el autocuidado contribuye a aumentar nuestra autoestima, ya que al dedicarnos tiempo y atención, aprendemos a valorarnos y querernos mejor. También, mejora nuestro diálogo interior, ya que nos ayuda a ser más amables y compasivos al hablarnos a nosotros mismos, reemplazando la autocrítica y el autojuicio por palabras de apoyo y aliento.
Por último, el autocuidado nos permite cubrir nuestras propias necesidades emocionales, lo que a su vez nos capacita para tomar mejores decisiones sobre nuestra vida y nuestras relaciones, ya que estamos en un estado emocional más equilibrado y consciente.
¿Cómo aplicar el autocuidado?
Otro error frecuente al iniciar el autocuidado es querer abarcarlo todo de golpe. Al buscar en Google, nos encontramos con una lista interminable de prácticas: meditación, lectura, ejercicio, alimentación saludable, escribir un diario, despertar con el amanecer, expresar gratitud diaria, entre otras. Si bien suena maravilloso, en la práctica sería impracticable dedicar todo el día a cada una de estas actividades, considerando nuestras responsabilidades diarias como el trabajo, las compras, las visitas al dentista o llevar a los niños al colegio. Este exceso de información puede abrumarnos y llevarnos a creer que el autocuidado no es para nosotros.
Mi sugerencia es buscar inspiración afuera, pero elegir aquellas prácticas que se adapten a nuestro ritmo de vida. Además, debemos tener en cuenta que cada día es diferente; nuestra energía y situación vital pueden variar, por lo que es necesario ser flexibles y aplicar diferentes prácticas según el momento. Podemos entender esto con la metáfora del jardín: si solo cultivamos rosas, nuestro jardín se verá desolado ante una tormenta, pero si incluimos variedad de plantas, algunas más resistentes, conservaremos la belleza del jardín incluso en condiciones adversas.
¿Qué nos enseña esta metáfora? Que no debemos depender de una única herramienta para cuidar nuestras emociones. Es fantástico si el ejercicio nos ayuda a mantener la salud mental, pero ¿qué sucede si nos lesionamos o se cierra el gimnasio? Por eso, cuantas más prácticas incorporemos, más robusto será nuestro autocuidado. No se trata de aplicar todas las prácticas todos los días, sino de explorar poco a poco, ampliando nuestra autocomprensión con el tiempo.
Ejemplos de autocuidado
Si has llegado hasta aquí, es porque este tema ha resonado contigo y estás listo para comenzar a practicarlo. Probablemente te estés preguntando cómo integrarlo en tu vida diaria, ¿verdad?
Recuerda los diferentes tipos de autocuidado que mencioné anteriormente. Ahí radica la clave. Si pensamos que el autocuidado consiste únicamente en agregar más cosas a nuestra rutina, puede resultar agotador. Tradicionalmente, asociamos el autocuidado principalmente con el aspecto físico, como ir al gimnasio, comer saludablemente o visitar un spa. Sin embargo, te animo a explorar otros aspectos, ya que son más simples, económicos y pueden brindarnos beneficios a largo plazo.
Por ejemplo, podríamos probar el autocuidado ambiental. ¿Cómo es el ambiente en nuestro hogar? ¿Qué tipo de lenguaje utilizamos al relacionarnos con los demás? ¿Qué tono de voz empleamos? ¿Nos rodeamos de un entorno que nos resulta agradable a la vista? ¿Qué nos aporta nuestro hogar?
También podríamos centrarnos en el autocuidado mental. ¿En qué suelo pensar la mayor parte del día? ¿Somos conscientes de nuestros pensamientos? ¿Cuánto tiempo dedicamos a preocuparnos por cosas que escapan a nuestro control?
Y no podemos olvidar la parte espiritual. Esta no está necesariamente relacionada con creencias religiosas, sino más bien con la forma en que nos conectamos con nosotros mismos, con nuestro Ser interior. Ya sea a través de la religión, la meditación, el silencio, la naturaleza o simplemente observando el universo, nuestra elección puede ampliar nuestra perspectiva y enriquecer nuestro bienestar emocional y mental.
Y el cuidado de nuestros ritmos vitales. Ello conlleva elegir de manera consciente los alimentos que comemos, desde la flexibilidad e incluso poner atención a nuestro sueño.
Para comenzar a incorporar prácticas que mejoren nuestro descanso, es esencial considerar nuestras actividades durante el día y la noche, así como adaptar nuestra alimentación y explorar suplementos y plantas que pueden contribuir a un sueño más reparador.
Como ves hay muchos tipos de autocuidado y prácticas que nos permiten poner el foco y evitar agobios. Por ello te invito a que investigues, que no dejes esta práctica de cuidado de tu salud por falta de dinero o de tiempo, ya que no es imprescindible. Solo necesitamos ganas, consciencia y foco.
Aumentar la autoestima con autocuidado
Como conclusión, me gustaría reforzar la importancia del autocuidado como un acto de amor propio.
Al priorizar nuestras necesidades físicas, emocionales y mentales, estamos demostrando un profundo respeto por nosotros mismos.
El autocuidado no solo implica dedicar tiempo y atención a nuestro bienestar, sino también reconocer nuestra valía intrínseca. Al cultivar la autoestima y la compasión hacia uno mismo, construimos una base sólida para enfrentar los desafíos de la vida con resiliencia y equilibrio emocional.
Y es que practicar el autocuidado nos permite florecer como individuos completos, capaces de dar y recibir amor de manera plena.
Terapia psicológica online para autocuidado emocional
Cuando decides priorizar el autocuidado es importante recordar que no estas solo en este camino de crecimiento personal.
Sientes que necesitas apoyo adicional para mejorar tu autocuidado y fortalecer tu bienestar emocional, considera buscar ayuda profesional. La terapia individual online puede brindarte las herramientas y el apoyo necesarios para identificar áreas de mejora en tu autocuidado y desarrollar estrategias efectivas para implementarlo en tu vida diaria.
Desde la terapia psicológica online españa puedo ayudarte en tu viaje hacia un autocuidado más saludable y equilibrado.