“No quiero que se enfade conmigo”, “no me gustan las discusiones”, “no pasa nada porque hoy no vaya al gimnasio”, “ya volveré a trabajar cuando él tenga más tiempo libre”….
Son algunas de las frases que me decía Carmen en las primeras consultas que tuvimos.
Ella nunca se ponía en primer lugar.
Aún sabiendo que no era feliz, priorizaba siempre las necesidades de los demás.
En cierta manera, le sucedía lo mismo que a David.
“Siento llegar tarde, me han puesto más trabajo”; “últimamente mi jefe me habla mal, pero, bueno, ya se le pasará, ¿no?, y además, es el jefe”; “al final no pude irme de fin de semana porque tuve que hacer un trabajo que mi compañero no quiso”….
¿Quién dominaba la vida de Carmen y David?
¿Y la tuya?
A veces vamos tan rápido que no nos paramos a pensar en las repercusiones de nuestras acciones a corto o medio plazo.
Me gustaría plantearte la siguiente pregunta: ¿le darías las llaves de tu casa a un desconocido?
Seguramente no.
Por tanto, ¿por qué sí le das las llaves de tu vida a otras personas?
Establecer límites para tener una vida plena
El temido “no”
¿Por qué decimos “sí” cuando queremos decir “no”?
Tenemos miedo al rechazo, al enfado, a la discusión…y para evitar esa confrontación acabamos anteponiendo los sentimientos y necesidades de los demás a los nuestros.
Podemos incluso llegar a aceptar como normal, situaciones de inferioridad, comportamientos abusivos, etc. porque hemos estado demasiado tiempo viviéndolas y las hemos interiorizado.
Como le sucedía a Carmen, a David y, probablemente, a ti. Pero aprender a poner límites no quiere decir que vayas a imponer tu opinión o creencia.
Nada de eso.
Significa ser sinceros con nosotros mismos y actuar en consecuencia.
Cómo poner límites
1- Conócete
Te invito a reflexionar sobre aquella persona que anhelabas ser.
Cuando eras pequeño, ¿qué valores te caracterizaban?, ¿cómo querías ser de mayor?
Con el paso del tiempo, en ocasiones, perdemos el rumbo porque nos vemos contaminados por el qué dirán o por las etiquetas que nos implantan.
Libérate de todo ello.
Libérate de aquello que te dijeron que serías de mayor. Tú llevas el rumbo de tu barco. Hoy es un buen día para que conectes con ese niño interior y te transmita la vitalidad y energía que posee. Ahora es tu momento para ser quien quieras ser, los límites los puedes encontrar dentro de ti.
Saber tus valores, tu misión, los objetivos que te mueven y hacia dónde quieres ir, te permitirá adquirir herramientas, empoderarte y centrarte verdaderamente en aquello que quieres ser.
2- Quiérete
Cuidarse uno mismo es aparentemente sencillo, pero, ¿cuánto de tu tiempo dedicas a ello?
El autocuidado incluye diferentes esferas de la persona, como pueden ser la alimentación, el cuidado físico y el cuidado mental. Añadiendo siempre esa pizca de cariño y respeto hacia uno mismo.Si tratas de forma correcta a un amigo o conocido, ¿por qué no lo haces contigo?
El saber amarse es un pilar fundamental para poder vivir en calma y tomar distancia del “ruido mental”.
Te propongo tomar 10 minutos de tu día e invertirlo en ti mismo. Retoma esos hábitos que te hacían sentir pleno. Ahora es tu momento.
Trabajar en tu autocuidado, tu autoestima, y tu bienestar emocional no es algo que se logre en uno o dos días. No es una carrera. Es un camino que, poco a poco, se puede recorrer e ir aprendiendo de cada paso dado.
3- Exprésate
¿Cuántas veces te has reprimido un enfado?
¿Te suena la frase de “por esas cosas no hay que enfadarse”? Probablemente ahora de adulto, reprimas ese enfado y no te permitas estar en ese estado.
Permíteme que te pregunte: ¿por qué? ¿A caso el enfado no es una emoción más?
Por ser una emoción con matiz desagradable, es común evitar sentir el enfado. Pero entonces, ¿qué haces? Probablemente cuando discutes con esa persona uses el móvil o te vayas de allí. La cuestión es si ese acto nos regula el enfado o solo lo hacemos para que dure lo menos posible como si se tratase de una patata caliente.
Permitirnos estar enfadados, es una forma de decirnos: “ok, estoy enfadado por X motivos, qué puedo hacer para resolverlo y qué puedo hacer para sentirme mejor. ¿Por qué no expreso lo que realmente siento?
Aprender a limitar es una tarea que necesita constancia, necesita tiempo. Pero en el momento que puedas aplicarlo serás el dueño de tu propia vida y no dependerás de los demás.
El ritmo lo marcarás tú mismo.
Es posible que algunas personas, algunas circunstancias o algún entorno haga que se muevan esos roles establecidos hasta este momento. Es lo más probable, pero no te preocupes por ello. Si hay personas o circunstancias que se marchan cuando tú has cambiado un rol o cuando tú has aprendido nuevas herramientas que te hacen sentir mejor es porque, quizás, esas personas o circunstancias, no tenían verdaderamente el valor que le estábamos aportando. Por tanto, a partir de ese momento, podrás sentirte mucho más ligero y mucho mejor contigo mismo.
Espero, de corazón, que esta reflexión que he querido hacer aquí, te ayude a comprender la importancia de poner límites y puedas empezar a trabajar para ponerlos en tu día a día. Si quieres tener tips diarios para aprender a poner límites podrás encontrarlo en mi otra red social.
Si prefieres que trabajemos este u otro aspecto, te espero en mi consulta de psicología online.
Estamos juntos en esto.
Un abrazo,
Jenifer